Las lesiones pigmentadas son marcas que surgen en la piel y tienen color distinto al resto del cuerpo. Entre los factores que propician la aparición de manchas que se forman con el paso del tiempo en brazos, manos, escote o cara es especialmente importante la exposición a rayos ultravioleta, tanto solar como en lámparas de bronceado artificial.
El láser para las lesiones pigmentadas consiste en aplicar un disparo de radiación muy intensa pero corto. El láser choca contra la piel y provoca la ruptura de las bolsitas que contienen el pigmento (melanosomas). De esta manera se eliminan las manchas de forma eficaz, siendo un tratamiento seguro.
Las lesiones pigmentadas son comunes y la mayoría son benignas, pero estéticamente pueden ser poco agradables para algunas personas. Entre ellas están las queratosis, los lunares, las manchas de la edad, las pecas, las manchas solares y el melasma.
Actualmente es posible borrar la mayoría de manchas. A los tratamientos convencionales (peelings o cremas) se suman láseres o técnicas de luz pulsada, que aplican radiación intensa en las manchas para eliminarlas. No es necesaria anestesia ni cuidados especiales.